
Que aparte de la gravedad, el agua, tu propio peso y las hierbitas en contra, existan obstáculos como las piedras, ¡es un abuso!
Sin embargo, los salmones ven cómo le hacen y llegan hasta arriba.
Siendo francos, hacer comparaciones tan cliché me importa un rábano si las personas lo valen.
Nadar contra la corriente solito, no es igual.
Un aplauso para V.R. y M.V., esos dos salmones con quienes comparto este recorrido con tanta piedra, alga, risco, peñasco, moho, arenitas en los ojos, basura, polvo, babosas, popó de pescado y demás bullshit.
Salmones somos...
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