Éste es uno de esos días...

Si bien soy un ñoño de primera, nunca he caído en parte del cliché como ser fanático de StarWars o amplio conocedor de las curiosidades de Matrix o los simbolismos del Señor de los Anillos.

Sin embargo, medio me acuerdo que Keanu Reeves menciona al principio de la primera Matrix algo de sentirse como en un sueño. No por lo lindo ni lo irreal, sino porque sabes que estás en cuerpo pero no en alma.

Hoy es uno de esos días. Estoy aquí y siento que no estoy aquí y lo primero que hago es correr al blog.

Hoy es uno de esos días donde los problemas, problemitas o problemotas de la gente me valen más que madres.

Hoy es uno de esos días donde no me interesan ni medianamente las hazañas de los galanes o las galanas de la gente que conozco.

Hoy es uno de esos días en que la cualidad de ser terapeuta de mis amigos me estorba.

Hoy es uno de esos días donde digo "Hoy no. Por favor, hoy no me venga a chingar con su vida que suficiente tengo con la mía".

Hoy no. Lo siento. El consultorio está cerrado por remodelación.

El Padrino (R.I.P.)

Domingo por la noche. Hablo a casa de mis padres. Contesta mi mamá.

Tras la plática ligera de una cosa y de otra, decide darme la noticia: mi tío, quien además era mi padrino, había muerto el sábado.

El sentimiento que tengo es muy extraño. Por un lado, me duele que una de las personas que más me quiso durante mi infancia, esté muerto hoy.

Por otro, me da tranquilidad que alguien que hizo sufrir tanto a mi mamá, ya no lo hará más pues está muerto hoy.

Por otro más, me destroza que mi mamá esté tan triste ante la muerte de su hermano.

La muerte es algo ante lo que no tengo respuesta alguna; no tengo frase clever que decir; no tengo argumento que quite el dolor.
No sé manejarla. Simplemente, no sé qué decir. No sé ni qué decirme a mí mismo.

Descansa pues, Padrino.

Mientras, aquí estaré: intentando definir cómo me siento...

"La vida no es un Nintendo Game".

Me robo esta frase de la Güerita que, con tristeza, es muy real. Y eso me quedó claro con este comercial de Call of Duty: Black Ops.



Tengo que hacer algo ya... o me compro el juego o una AK47 para llevármela al trabajo.

Las cosas que uno hace por amor...

Hace unos días alcancé a ver un cachito de una película con Jessica Alba y el brother que salió de Anakin Skywalker en la tele. Una película algo lenta con una trama, sin embargo, interesante: el tipín es rico y está casado con Jessica Alba, a pesar de que a su mamá siempre le dio mala espina.

Algo le pasa -no sé qué porque, para variar, me dormí cuando la vi en el cine- y termina en el hospital, noqueado por la anestesia; sin embargo, aunque anestesiado, el amiguito sigue consciente... tiene este famoso "levantón espiritual", donde se ve él mismo acostadito en la sala de operaciones.



Mientras trata de entender qué pasó (y para hacerles el cuento más corto), se da cuenta que, en realidad, Jessica Alba se estaba dando al doctor que lo está operando y que, en realidad, ama al doctor y quieren robarle sus centavos que, como ya dije, son muchísimos.

EN CONCLUSIÓN:
Por amor, la gente hace muchas cosas... hasta ojetadas de la peor calaña. (Que no está mal; pero, al menos, ¡hay que avisar!)

Mucha suerte y buena vida a la feliz pareja, felicidades y que tengan muchos hijitos que serán, sin duda, unos auténticos hijitos de su **** *****!!

Señales, símbolos y otros acertijos.

Hoy por la mañana, platicaba con Hadita sobre las señales.

¿Hacerles caso? ¿Ignorarlas?



Más que por las señales, siempre me he guiado por los eventos coincidentes de mi vida: si las piezas están puestas, jugamos. Generalmente, el juego me sale bien.

Hoy me desperté en ese ánimo donde, hasta los mensajes de error de una impresora, pueden interpretarse.

Ni qué decir: A JUGAR.

La importancia de respirar.

Estamos trabajando en una campañita para un descongestivo nasal donde, evidentemente, el insight es que la gente sufre cuando se les tapa la nariz, impidiéndoles respirar.



"Don't forget to breath. Is very important", decía Mr. Miyagi.


Y sí. Aunque tengamos la nariz perfectamente destapada, llega el punto en que todos necesitamos un respiro...

Sobre la monotonía.

Odio la monotonía.

Puede ser que empiece mi día escuchando la misma estación de radio, bañándome en la misma secuencia, desayunando un vaso de la misma leche, poniéndome siempre primero el calcetín izquierdo y luego del derecho...

Puede ser que me la viva manejando por las mismas calles y esquivando los mismos hoyos y baches, pidiendo las mismas 3 bebidas en Starbucks, respondiendo la misma y única pregunta de los polis de la oficina, enojándome por las mismas cosas, dejando pasar siempre y solamente a los peatones que se pasan en la esquina, comprando la misma gasolina para mi coche, yendo al baño a las mismas horas y en los mismos lugares, poniendo la sal de la misma manera sobre mi comida, escuchando las mismas canciones a pesar de tener más de 11,000 canciones en mi iTunes, fumando la misma marca de cigarros, comprando el mismo jamón en el mismo gramaje y en el mismo supermercado, con el mismo grosor de rebanada...

Sin embargo, odio la monotonía.

El primero del año.

Creo que ya necesitaba este "RESTART momment".

Empiezo y acabo el año con mis dos mejores amigos: mis papás; con quienes lo único que importó esta noche, fue comer rico, platicar y ver la tele.

Mi papá insistió, un año más, en comprar uvas que nadie come más que él. (No sé si tendrá un propósito por cada uva de todo el kilo)

Mi mamá, a diferencia de otros años, aguantó despierta hasta las 2:00am.

Yo, a diferencia de mi costumbre, no me puse -tan- borracho a pesar de los 600 mililitros de vino tinto que tuve a bien ingerir.


Viendo que esos primeros segundos del 2011 quedaron marcados por costumbres que insisten en no irse, hábitos que, asombrosamente, pueden cambiar y pequeños, aunque no honrosos, logros, estoy emocionado.

Éste, será un gran año.